La senilidad en perros senior

La senilidad en perros senior – comúnmente conocida como demencia senil o disfunción cognitiva – es una enfermedad cuyo origen radica en el sistema nervioso central de perros de avanzada edad.  Su incidencia es mucho mayor en perros de raza grande debido a que muestran los signos de envejecimiento mucho antes que razas más pequeñas.  Suele comenzar a partir de los 10 años y la incidencia es del 50% a partir de los 15 años.

¿Cómo se produce la demencia senil en perros?

La demencia senil aparece cuando el nivel de neuronas disminuye y comienza un proceso de degeneración progresiva. La demencia no tiene cura y solo es posible retrasar la aparición de los síntomas. Es muy importante realizar un diagnóstico precoz para realizar el tratamiento más adecuado para frenar el deterioro irreversible que sufre.

Los síntomas se reflejan directamente en el comportamiento del perro, pudiendo identificar de forma detallada los siguientes:

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  • El perro se encuentra desorientado o confuso, aunque se encuentre en su hogar o un sitio que reconozca. Es posible que se quede mirando durante largo tiempo un mismo punto. Esto puede provocar que el perro se pierda si se encuentra solo e incluso muestre pérdida de memoria en su rutina diaria.
  • Presenta fobias que no había tenido anteriormente, irritabilidad mostrando enfado sin causa aparente y se molestan con facilidad. En este caso, puede mostrar distintos cambios de personalidad. El perro al ser estimulado puede presentar una respuesta exagerada o no responde, además de mantenerse excesivamente en alerta o incluso no hacerlo.

Tratamiento para la demencia senil en perros

A pesar de ser una enfermedad incurable se pueden realizar algunas actividades para favorecer la estimulación de los neurotransmisores. En todo caso, nuestro veterinario es quien determinará y nos aconsejará de la forma más adecuada para retrasar los síntomas de la demencia senil.

Es posible realizar un tratamiento mediante el uso de medicamentos e incluso es posible suministrarle al perro suplementos alimenticios con el objetivo de contribuir a prevenir el avance de la enfermedad. En este aspecto la terapia nutricional se ha comprobado que retrasa el deterioro cuando se introducen antioxidantes como vitaminas C, E, beta-carotenos, flavonoides o carotenoides.

Utilizar olores que despierten su curiosidad, darle ordenes fáciles de cumplir o paseos cortos contribuyen a mejorar su estado y, por lo tanto, a que esté más activo.

El tratamiento se complementa con ejercicios o actividades que ayude a controlar los niveles de ansiedad del perro. Es importante realizar ejercicios en el que perro necesite pensar y utilizar su inteligencia para resolverlos. En otro sentido es conveniente utilizar piensos para perros que contribuyan con ácidos grasos y antioxidantes para cuidar su salud, retrasando en lo posible los síntomas de la demencia senil en perros.

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