El principal síntoma que podemos encontrar es la inapetencia y habitualmente aparece poco tiempo después de la ingesta del pienso. Otros síntomas pueden ser:
• Vómitos de bilis o mocos tras la comida.
• El perro come y tiende a atragantarse.
• Salivación en exceso.
• Presenta letargia, apatía o no termina su ración.
• Halitosis.
• Pérdida de peso.
• También afecta a la conducta, pudiendo lamer el perro el suelo, las paredes o incluso a el mismo de forma excesiva.
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